1º de Corintios 10:21 "No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios".
Hay dos mesas y las dos están servidas, están llenas de alimento, si comes de la mesa de Dios, te fortalecerá el espíritu, tendrás fuerzas cada día para afrontar la vida, no tendrás temor a nada y lo mejor de todo es que tú cenas con él y él contigo, nunca vas a estar solo, si no que el rey de reyes también te acompañara a la mesa y todo porque abriste la puerta.
Ten mucho cuidado de lo que estás haciendo, porque la otra mesa que esta servida es del diablo y la diferencia es que él te quiere obligar a comer de sus manjares, él no llama a la puerta, la derriba, él no toca la puerta, la despedaza. Dios es celoso, el diablo no, Dios te dice que comas sólo de la mesa de él, el diablo te dice que comas de ambas, él no es celoso, a él no le importa que estés comiendo de la mesa de Dios, con la condición de que también comas de la suya.
Recuerda, una fuente no puede dar dos tipos de agua, no se puede servir a dos señores a la vez, no puedes agradar al mundo y también a Dios.
¡O Dios, o las vanidades del mundo, frío o caliente, pero si eres tibio, le causas sensaciones de vómito a Dios!
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