Lamentaciones 1:16 "Por esta causa lloro; mis ojos, mis ojos fluyen aguas, porque se alejó de mí el consolador que dé reposo a mi alma; mis hijos son destruidos, porque el enemigo prevaleció".
Dios está a tu lado y él ha prometido que nunca te dejará ni te desamparara, pero este texto dice que Dios se alejo, y por eso llora el personaje, ¿y tú realmente crees que Dios se alejo? ¡No! tú fuiste el que se alejo de la presencia de Dios, por eso lo vez lejos, los dos estaban unidos, pero empezaste a caminar en otra dirección y tantos fueron tus pasos que ya no lo vez, ya no lo sientes, no lo escuchas, solo te queda llorar y recordar los buenos momentos de cuando estaban juntos, el vacío se apodera de ti y el enemigo te aflige aún más y te empuja para que estés más lejos de Dios.
Solo queda una solución pero esta vez depende de ti, Dios está en el mismo lugar donde lo dejaste, ahora te toca acercarte, clamar, gritar, llorar, volverte a él y nuevamente el Señor te corresponderá.
¡Hazlo hoy para que no llores más!
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