Lucas 15:12 "Y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes".
La palabra de Dios es nuestra guía, pero al igual que este hijo pródigo nos gusta experimentar, mejor dicho, nos cansamos de vivir bien. Y es que nadie escarmienta por cabeza ajena, teniéndolo todo en la vida, nos queremos ir lejos de nuestro padre, por eso mismo Jesús dijo esta parábola, sabiendo que esto nos iba a suceder, pero somos tan necios que nos dejamos influenciar por nuestras amistades.
Conociendo lo que era malo, fue y lo hizo, gasto lo que tenia en rameras, y ya sin nada que gastar sintió hambre y necesidad de volver a los brazos y cuidados de su padre. Sí este joven vivió esta desgracia, al irse a una tierra lejana. ¿Por qué nos queremos alejar de la presencia de Dios si ya sabemos lo que nos va pasar?
Todo está escrito y no hay nada nuevo debajo del sol, todo mal paso tiene su desgracia y toda necedad su recompensa. El mundo te ofrece muchas cosas y hasta parecerán bonitas, pero lo que está vacío, solo traerá más vacío a tú corazón.
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