Jeremías 15:19 "Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos".
Hay un gran problema entre los hijos de Dios, un mal que si te descuidas, se te adhiere como una sanguijuela y te va chupando poco a poco, Jesús decía: no ruego que los quites del mundo, si no que los apartes del mal. Y es que el mal está a la vuelta de la esquina, está en donde estudias, donde trabajas, donde te diviertes, donde pasas la mayor parte de tu tiempo.
El problema es cuando se te olvida quién realmente eres y la diferencia que tienes que hacer entre lo bueno y lo malo, el problema es que tú empieces a ser igual que las personas que no buscan de Dios, que empieces a adoptar palabras como (mae), como (idiota), palabras vanas y sin sentido, que adoptes hábitos incorrectos como fumar y tomar, el problema es cuando ya no se puede diferenciar entre una persona que sigue a Cristo, a una persona del mundo.
En tu trabajo que es como tu segunda casa, ten presente esta frase, conviértanse ellos a ti y tú no te conviertas a ellos, en el lugar donde estudias que es como tu segunda casa ten presente esta frase. Jesús dijo que nosotros debemos de ser la luz del mundo en medio de tanta oscuridad, no dejes que las tinieblas empiecen a opacar tu luz.
Haz que la gloria de Dios se refleje en tu rostro, para que las demás personas adopten tu forma de ser.
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