1º de Timoteo 4:8 "Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera".
Para que el ejercicio tenga resultado en lo que hago, primero tengo que disciplinarme y adoptar una rutina que sea constante para luego ver un cambio en mi cuerpo. Pablo tomó el ejemplo del ejercicio para enseñarnos sobre el ayudar a los demás y es que si quiero que mis músculos crezcan y mi piernas se fortalezcan no tengo que ser mezquino y vago, Pablo dijo: ejercitate para la piedad, pero también se dijo que Dios ama al dador alegre.
Ayudando al necesitado es como te ayudas a ti mismo, porque atesoras promesas de Dios para esa vida futura, muestra una sonrisa cuando ayudes a una persona y no pongas esa cara de no vuelvas por aquí, porque también está escrito que muchos sin saberlo hospedaron ángeles, y también Dios usa las personas para probar tu misericordia y para probar tu religión, pues la vida cristiana se basa en esto guardarse de la contaminación de este mundo y ayudar al necesitado, ayudar a tu prójimo, ayudar a tu vecino, a tu enemigo, ayuda sin esperar nada de nadie.
¡Recuerda, si ayudas, te ayudas a ti mismo!
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