¿Cuántas veces a la semana sacas la basura de tu casa, para que el día en que pase el camión recolector se la lleve? Ya sabemos que si la basura se queda demasiado tiempo llegaran los gusanos y por supuesto no queremos tener estos invitados en nuestra casa.
En ocasiones vemos la necesidad de hacer una limpieza profunda en nuestros hogares, ¿Te ha pasado que tienes un artículo o una prenda que por mucho tiempo no usas pero dices: "no me puedo deshacer de ella, tal vez me sirva el día de mañana"? Al final ese día nunca llegó.
Terminas con una habitación que le das función de bodega para acumular cosas. El Síndrome de Diógenes es una enfermedad que afecta principalmente a personas mayores de 65 años, consiste en la acumulación de basura y deshechos, no hablamos de comida solamente, aquí entra todo tipo de basura, artículos y prendas que ya no sirven en absoluto.
Sin embargo, según los expertos el Síndrome de Diógenes aparece como consecuencia de otras Patologías previas: enfermedades mentales como demencia, depresión psicótica y trastornos de personalidad.
A pesar de esto, hoy día hay un síndrome de Diógenes que no escatima edades, este ataca a todos por igual, no precisamente de basura inservible, pero si de materialismo, cosas que no necesitas pero que por ambición deseas, o cosas que son importantes y facilitan muchas tareas pero les das más alto valor del que merecen.
La palabra nos dice en Filipenses 3:7 que muchas cosas que hemos tenido a las cuales les hemos dado un valor, por diferentes motivos, sea satisfacción, sea distracción o comodidades las estimaremos como pérdida por amor de Cristo. En un día cuántas veces revisas tus redes sociales, y cuántas veces lees la Biblia. En un día cuántas horas ves televisión, y cuántos minutos te postras a tener una conversación con Dios.
La basura no solo se acumula en el hogar, la más maloliente se acumula en tu corazón, y sale por la boca: odio, engaños, quejas, problemas, juicios, chismes, cómo son las conversaciones con tus amigos, cómo tratas a tu familia. Recuerda que de la abundancia del corazón habla la boca, ¿te quedas sin palabras cuando alguien cercano a ti pasa un mal momento, sientes que no puedes dar un consejo, no tienes nada bueno que decir?, no permitas que salga solo basura de tu boca.
Limpia tu hogar, regala las cosas en buen estado que ya no uses, a lo mejor alguien las necesita mucho más que tú, pero sobre todo limpia tu corazón y guárdalo en pureza porque de él mana la vida.
2° Corintios 6:11-13 "Nuestra boca se ha abierto a vosotros, o corintios; nuestro corazón se ha ensanchado. No estáis estrechos en nosotros, pero sí sois estrechos en vuestro propio corazón. Pues, para corresponder del mismo modo (como a hijos hablo), ensanchaos también vosotros". Si te sientes estrecho en tu propio corazón haz acumulado basura, ¡límpiate y se libre!
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