miércoles, 15 de febrero de 2017

¡Cuida tus Palabras!



Santiago 3:10 "De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así".

Cuida tus palabras y la forma en que te dirijas a los demás, una persona se conoce por lo que habla y cómo lo hace, trata de quitar las palabras que no son honrosas para Dios, refrena tu lengua si no tienes nada que hablar, pues en la mucha palabrería no falta pecado, debemos ser uno solo en todo lo que hagamos, no como el camaleón que depende de la circunstancia cambia de color, hay palabras que no son ni deben ser jamás parte de tu vocabulario.

Si bendices a Dios, ¿por qué maldices y tratas mal a tu hermano? Tu boca debe ser santa, somos templo y casa de Dios pero depende de lo que hagamos y cómo nos conduzcamos en nuestra vida estamos echando a Dios de ese templo. Bendice a Dios y aunque tu prójimo te maldiga sigue bendiciéndolo y esa persona tomará tu ejemplo.

Una fuente no puede producir agua dulce y amarga a la vez... ¡Nosotros tampoco!

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