Proverbios 25:17 "Detén tu pie de la casa de tu vecino, no sea que hastiado de ti te aborrezca".
Este versículo nos menciona algo muy importante, ya que en ocasiones cuando encontramos empatia en una persona y hasta en nombre de la amistad, queremos estar todo el tiempo al pendiente de esa persona.
Las relaciones sanas y de amistad son muy importantes en nuestra vida, la misma palabra dice que hay amigos que se convierten como en nuestros hermanos, y acudimos a ellos en alegrías y tristezas, cuando necesitamos ser escuchados y animados. Lo malo está cuando se sobrepasa la línea de confianza, hay muchos casos principalmente en la juventud que el amigo se convierte en un prendedor que anda pegado a ti a dónde quiera que vayas, en otros, los amigos se deben pedir permiso entre sí para acudir a un paseo familiar, para tomar una decisión importante en su vida, es aquí cuando la relación se vuelve insana.
También todos hemos escuchado la frase "la vecina chismosa", puede que sea verdad que hayan personas curiosillas que les gusta fisgonear en casas ajenas, por eso Dios nos manda a actuar con sabiduría, como dice el dicho: "cada uno en su casa y Dios en la de todos". Esto no significa que tú no visites a tu amigo o que no hables con tus vecinos, claro que sí, una relación amena satisface a cualquiera, e incluso Dios quiere que así sea, en cuanto dependa de nosotros que nos llevemos bien con las personas.
Pero recuerda, todo en exceso es malo, ¡excepto Dios!
No hay comentarios:
Publicar un comentario