2°Corintios 10:5 "Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo".
El adulterio no inicia desde el momento que vas a la cama con otro hombre o mujer, inicia desde el momento que dejaste entrar la tentación a tu mente, cuando la codicia se instaló en tu mente.
El hurtar no está consumado desde que tienes el objetivo en tus manos, sino desde el momento que planeaste una estrategia para obtener eso ajeno que deseas, cuando la codicia se instaló en tu mente.
La mentira no es cuando crees que haz engañado a una persona, la mentira inició engañándote a ti mismo, desde el momento que inventaste una historia la cual primero tú debías creer, cuando la codicia se instaló en tu mente.
La altivez de tu espíritu no inicia con los halagos de las otras personas, inicia desde el momento que tú mismo tienes un mayor concepto de ti del que deberías, cuando empezaste a creerte más que las otras personas, cuando la codicia se instaló en tu mente.
Lo que tiene en común todo esto que Dios aborrece es que tú lo creaste, tú invitaste a la tentación a sentarse al sofá y tomar un café contigo, por eso Pablo dice que aunque andemos en la carne no militamos según la carne, debemos derribar argumentos y todo pensamiento que quiera instalarse en nuestra mente, porque nuestras armas no son carnales sino poderosas en Dios.
¿Lo crees? No lo digas... ¡Vívelo!