martes, 7 de noviembre de 2017

¿ESTAMOS AYUDANDO A LOS HERMANOS O AUMENTANDO SU SUFRIMIENTO?|



Job 2:13 "Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande". 

Antes de iniciar recordemos la clase de persona que Job era: 
La palabra nos menciona en el capítulo 1 de este libro que Job era un hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.
Ademas poseía una gran familia y era un hombre rico. 
Hasta el momento que satanás argumenta con Dios que Job le era temeroso por todas las bendiciones que Dios había puesto en sus manos, en otras palabras satanás dice que Job es temeroso por mero interés ya que no hay nada de lo cual él tenga que quejarse. Job pasó de tener todo a no tener nada.

Esto nos demuestra  que los justos también estamos expuestos a los altibajos de la vida, el hecho de que tú seas creyente, obediente y asistas a una iglesia no significa que vivas en una burbuja de cristal lejos de los problemas y el dolor.

Mientras Job se encontraba en medio de su calamidad, vinieron a él tres amigos, e hicieron lo que menciona el versículo del encabezado Job 2:13. Estos amigos son: Elifaz, Bildad y Zofar. A primera vista pareciera que son grandes amigos, ya que se dolieron de la tragedia de Job y su intención según ellos era venir a consolarlo.

Todo iba bien hasta que llegó el momento de debatir el motivo por el cual sobrevino esta calamidad a Job. "Si Job cayó en desgracia es porque pecó, por lo tanto la culpa es toda suya, ese es su castigo, debe arrepentirse para hallar el perdón". Quitemos el nombre de Job y sustituyamoslo  por aquel hermano que un día juzgamos. ¿Cuántas veces hemos dicho estas palabras, y cuántas veces no las han dicho a nosotros? Son palabras sumamente dolorosas que más que ayudar terminan de hundir a una persona.

Cuándo buscamos las razones de las pruebas y problemas entran el juego: la culpabilidad, el castigo, y el arrepentimiento. Si somos nosotros los que pasamos la prueba, nosotros mismos podemos intuir de qué se trata, si tomé una mala decisión, si el Señor me esta probando para fortalecerme, pero si se trata de otra persona cómo podemos saberlo, cómo conocer su intimidad con Dios y por qué queremos indagar sobre su privacidad, acusándolo y juzgándolo, ¿Estoy ayudando realmente a mi hermano?

Elifaz en el capítulo 4 reprende a Job por su desanimo, ¿Será verdad que los hijos de Dios no pueden sentir tristeza? Tu dolor es el castigo, acepta que haz pecado, son palabras que no deberíamos decir a un hermano.
Bildad en el capítulo 8 proclama la justicia de Dios, describe a Job el castigo que le espera .
Mientras Zofar en el capítulo 11 acusa a Job de maldad. ¿Cómo te sentirías si recibieras este tipo de "consuelo" de tus amigos? Obviamente Job se defendía y se sentía traicionado por sus amigos.
Al final Dios reprendió a estos tres amigos y esto lo puedes encontrar en Job 42:7  

Un buen consejero siempre abre la puerta para que el afligido escuche la voz de Dios. ¿Cómo podemos lograr esto? 
Primero debe ser una persona estudiosa de la palabra de Dios para de este modo conocer realmente a Dios, ya que de lo contrario si conocemos a un Dios diferente a como lo muestra la biblia se incurrirá en errores como estos tres amigos.
Nuestra función no es investigar la intimidad de los hermanos, sino llevarlos a Dios para que él sea el que les ministre.
Somos humanos, tenemos sentimientos, emociones, reacciones. Expresar nuestros sentimientos no es muestra de nuestra falta de espiritualidad.
Pase lo que pase el creyente debe permanecer fiel a Dios, debo dar a conocer que la fe no está condicionada a lo que Dios me de, la fe está basada en la confianza en la soberanía de Dios. Él sabe lo que hace.
Debo enseñar que tenemos un mediador, Jesús, a él no le importa cómo ni en qué situación estés, él desea encontrarse contigo.

¿Estamos ayudando a los hermanos, o aumentando su sufrimiento?